domingo, 13 de febrero de 2011

El Amor por Eduardo Galeano

En la selva amazónica, la primera mujer y el primer hombre se miraron con curiosidad. Era raro lo que tenían entre las piernas. 
- Te han cortado?- preguntó el hombre. 
- No-dijo ella-. Siempre he sido así. 
El la examinó de cerca. Se rascó la cabeza. Allí había una llaga abierta. 
Dijo: 
- No comas yuca, ni plátanos, ni ninguna fruta que se raje al madurar. Yo te curaré. Echate en la hamaca y descansa. 
Ella obedeció. Con paciencia tragó los menjunjes de hierbas y se dejó aplicar las pomadas y los ungüentos. Tenía que apretar los dientes para no reírse, cuando el le decía: 
- No te preocupes. 
El juego le gustaba, aunque ya empezaba a cansarse de vivir en ayunas y tendida en la hamaca. La memoria de las frutas le hacía agua la boca. 
Una tarde, el hombre llegó corriendo a través de la floresta. Daba saltos de euforia y gritaba: 
- Lo encontré! Lo encontré! 
Acababa de ver al mono curando a la mona en la copa de un árbol. 
- Es así -dijo el hombre, aproximándose a la mujer. 
Cuando terminó el largo abrazo, un aroma espeso, de flores y frutas, invadió el aire. De los cuerpos, que yacían juntos, se desprendían vapores y fulgores jamás vistos, y era tanta su hermosura que se morían de vergüenza los soles y los dioses.


2 comentarios:

  1. ¡Qué bonito Sonia! Gracias por ésta historia tan linda de nuestro Eduardo Galeano.

    Mis felicitaciones por tu blog, tan importante y necesario en ésta bella lucha por una Patria mejor para todos.

    Un fuerte abrazo

    ResponderEliminar
  2. Gracias a ti Mariani por tu comentario, nos hace mejorar cada dia <3

    ResponderEliminar